sábado, 29 de mayo de 2010

-Utilidad relativa


El náufrago, abrumado por la soledad,
arrojó al océano una botella con su nombre escrito en un papel.
Muchos, muchos años más tarde,
las corrientes marinas trajeron la botella de vuelta a la isla
...
El náufrago recogió el mensaje con alegría,
porque después de tanto tiempo se había olvidado de su nombre.

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