Siento decírtelo pero tu vida no tiene sentido, es cierto. Ni pies ni cabeza. No hay un sentido de la vida, un porqué del destino o una misión divina encomendada para ti.
No hay nada. Solo un corazón que hace ruido y mueve sangre unido a un cerebro que en un principio está vacío, en blanco y ha sido rellenado por conceptos que nos han ido enseñando.
Asúmelo, no hemos sido convocados para nada en especial. Simplemente estamos. Nadie nos va a decir lo que tenemos que hacer, porque nadie lo sabe.
Somos como la lluvia. La lluvia de por sí no tiene ninguna lógica. No llueve para algo. Simplemente llueve. Otra cosa es que las plantas aprovechen y beban, que los seres humanos la utilicen para llenar depósitos o que se sirvan de ella para lo que sea.
Lo dicho: la vida es como la lluvia. No vivimos para algo, vivimos y punto. El si tiene o no sentido depende de nosotros mismos, si se lo queremos dar o no, si aprovechamos cada gota o si dejamos que llueva para nada.
Así que ¿A qué esperas? Muchas veces nos creemos seres insignificantes sin ningún tipo de poder. Error. Lo que es insignificante es la vida en sí, no tiene nada que la haga especial ni es más grande que nosotros. Más bien al contrario: Nosotros somos, cada uno de nosotros, quien le da el sentido a la vida.
Todo el mundo tiene vida. No es nada especial.
Pero no todas las vidas tienen a alguien como tú.

De acuerdo en la falta de sentido, vivimos y punto, búscale tu propia meta.
ResponderEliminarLa sola existencia del unvierso con sus leyes y sus lluvias es increíble de por sí. El hueco que se ha hecho la vida es bastante especial.